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El proceso de supervisión de Nueva York no protege los cuidados paliativos sin ánimo de lucro a la espera de la firma del Gobernador

Como muchos estados, Nueva York tiene una Certificado de necesidad (CON, por sus siglas en inglés) destinado a garantizar que los nuevos centros sanitarios ofrezcan una atención de la máxima calidad posible y satisfagan las necesidades de las comunidades a las que sirven. Desgraciadamente, el CON de Nueva York tiene décadas de antigüedad y ahora es objeto de escrutinio por una flagrante laguna que ya está empezando a ser explotada por intereses privados.

La CON, establecida por primera vez en la década de 1970, no clasifica adecuadamente las adquisiciones con ánimo de lucro de proveedores sanitarios sin ánimo de lucro como lo que realmente son, entidades totalmente nuevas. Esto ha dado pie a que el capital privado y los intereses lucrativos se infiltren en sectores sanitarios esenciales, como los cuidados paliativos, sin tener que seguir las rígidas directrices que la CON pretende imponer a los nuevos proveedores. Muchas de estas entidades privadas también tienen estructuras de propiedad complejas que dificultan enormemente a los reguladores la evaluación de las implicaciones a largo plazo de los cambios de propiedad, especialmente cuando se trata de preservar la atención centrada en la comunidad. Lo que una vez fue una estricta medida de protección se ha convertido en poco más que un sello de goma de procedimiento que prioriza la viabilidad financiera sobre la alineación de la misión a largo plazo.

Esto es extremadamente problemático, ya que los estudios un nuevo estudio que acaban de publicarse este mes, muestran continuamente que los proveedores de cuidados paliativos y de larga duración con ánimo de lucro suelen dar prioridad a las medidas de recorte de gastos, como la reducción de servicios, una atención menos individualizada y despidos de personal, frente a una atención de alta calidad. Estas medidas de recorte de gastos, de las que muchos pacientes ni siquiera son conscientes, no sólo afectan a quienes reciben cuidados paliativos en centros con ánimo de lucro. Hacen cada vez más difícil que los proveedores sin ánimo de lucro, que operan con márgenes mucho más estrechos, sigan siendo competitivos, desestabilizando todo el sistema sanitario local y reduciendo la cantidad de cuidados paliativos de alta calidad disponibles para todos los neoyorquinos.

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