Estimado editor:
Los cuidados paliativos pueden mejorar enormemente la vida de los pacientes y sus familias en unos momentos increíblemente difíciles, pero, por desgracia, están infrafinanciados e infrautilizados en el estado de Nueva York.
Como director de un programa de cuidados paliativos que presta servicio en los condados de Rockland y Orange desde hace 38 años, he sido testigo directo del innegable impacto positivo que pueden tener los cuidados paliativos. Los cuidados adoptan diversas formas, pero todo lo que hacemos está unido por tres principios que se solapan: cuidar, consolar y honrar la vida.
Dar cuidados es lo más sencillo. Cada paciente que cruza nuestras puertas recibe una evaluación personal y un plan individualizado adaptado específicamente a sus necesidades. Esto incluye atención médica tradicional, medicación con receta, equipos médicos duraderos, asesoramiento, servicios de auxiliares, fisioterapia, asesoramiento nutricional y enfermeras de guardia 24 horas al día, 7 días a la semana.
Quienes ingresan en un centro de cuidados paliativos lo hacen porque padecen una enfermedad que limita su vida. Por eso, toda la atención médica que prestamos se centra en nuestro segundo principio: proporcionar consuelo a nuestros pacientes y a sus familias. Los pacientes pueden recibir atención en la comodidad de su hogar o en un centro especializado, totalmente equipado para satisfacer sus necesidades. Para complementar los servicios médicos tradicionales, también ofrecemos masajes, terapias con mascotas y aromaterapia, asesoramiento espiritual y familiar, y conexiones con voluntarios que proporcionan compañía, hacen recados y tareas en nombre de los cuidadores, lo que permite a los pacientes pasar más tiempo cómodamente con las personas que más les importan.